A veces nos gustaría distorsionar la realidad.
Nos gustaría que la realidad no llegue nunca a superar a la ficción.
Tener un mando para rebobinar, y poder borrar lo que no te gusta.
Hacer un viaje en el pasado para recordar y olvidar, para mantener y deshechar.
Nos gustaría que las palabras tuvieran más importancia que los hechos.
Que una mirada no dijera nada, pero si lo dijera una larga explicación.
Pero eso no es la realidad.
Miedo a enfrentarnos a ella, y una vez hecho, si te daña, deseas en ese momento apuntarte con un dedo, como cual pistola, disparar en nuestra cabeza para poder matar, olvidar lo sucedido.
Cambiar la realidad por la ficción.
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