sábado, 2 de agosto de 2014

Mejor fuera que dentro

Y cuando algo va mal nos desahogamos.

Por nuestra boca salen serpientes, maldades, palabras llenas de rabia.

Por un momento, pasamos de ser civilizados a ser salvajes.

Un instante en el que podemos perder la razón.

Unos minutos en el que soltamos nuestra furia e ira.

Después es posible que llegue el llanto y arrepentimiento, pero mientras tanto hay que dejarlo salir.

En eso consiste el desahogo.

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